Hoy cuando meditaba en grupo, me vino la idea a la cabeza: "El Rio fluye perfectamente", al oírlo entendí que el Rio es el fluir de pensamientos en mi mente y que si yo puedo simplemente observarla con gran respeto sin juzgar, reprimir, controlar, manipular si no simplemente relajarme en el presente y observar su perfecto fluir al igual que un rio, entonces ahí hay paz y con el tiempo naturalmente al observar el fluir del rio de pensamientos, este rio se va disolviendo en fragmentos y al cesar el movimiento lo que ocurre es que se abre un espacio expansivo de conciencia donde experimentas el Océano de la Mente, libre y eternamente dichoso.
Cuando observo mi mente, en vez de querer controlorala o enfocarla mecanicamente lo hago desde el entendimiento de que todo fluir en este universo esta orquestrado por el Gran Poder Divino, su perfección no necesariamente radica en que los pensamientos sean apacibles, ni necesariamente agradables, si no más bien en que hay una compleja perfección en sus patrones y en su creatividad, hay una belleza en su completa libertad, en su asombrosa inteligencia (y no lo digo porque sea mi mente! si no simplemente porque así es toda mente). De esta manera al meditar me aseguro de no crear una actitud antagónica con mi mente sino más bien poder apreciar su belleza y milagro intrínseco! El meditar se vuelve un acto de apreciar en vez de un acto de controlar, mucho más agradable, apacible, libre del egoísmo de ser el meditador! sino mas bien ser aquel que se deleita con la magia de la vida.
De igual manera al empezar mi práctica de yoga puedo darle la bienvenida a la perfección que expresa mi cuerpo con todos sus achaques, emociones y estados de ánimos, los puedo percibir como perfectos, y no verlo como un impedimento o como algo corto de perfección, puede que la perfección que experimento no sea la que mi Ego desearía pero eso no quiere decir que no sea perfecta, que no responda a una complejidad mucho más grande y suprema que mi pequeña idea de orden y perfección. Por eso cuando hago mi yoga lo primero que hago es sentir el cuerpo, sentir sus diferentes partes, honrar su estado, sus dolores, sus fuerzas y debilidades y desde ese espacio de aceptar la manifestación especifica de mi cuerpo como una expresión perfecta del Orden Divino que puedo entonces hacer una práctica que me permita crear una expansión de mi libertad y de mi bienestar e influir en el Orden Cósmico para crear una expresión mas libre del perfecto Orden siempre cambiante del Universo.
De igual manera con mi vida.....el rio fluye perfectamente!