Muchos de nosotros vivimos la vida desde el paradigma del
control, nos la pasamos pensando compulsivamente sobre todo tipo de asuntos y
temas de nuestra cotidianidad, queriendo, por así decir, controlar los
diferentes asuntos de nuestra vida para tener los resultados deseados y poder estar en
paz. Si bien esto, en si mismo no es algo malo, todos sabemos el resultado,
estrés. Pensamos que la paz es algo que conseguiremos al arreglar todo allá
afuera. Los sabios del yoga nos hablan de que hay otra forma de vivir la vida,
y es prestando atención no tanto a arreglar el mundo, sino mas bien, a como me
estoy viviendo el mundo, traer la atención a nosotros mismo en nuestro devenir.
Al hacer esto, una de las primeras cosas que nos damos cuenta es lo
“compulsivo” de nuestro pensar asociado a un sin numero de emociones asociadas y no reconocidas sino mas bien reprimidas, como por ejemplo, el miedo. Y es que a menudo, lo que esta
detrás de este pensar compulsivo es una emocion muy asociada al control, miedo, y su origen en creencias donde nos desvalidamos a nosotros mismos como, “tengo que pensar todo el tiempo para poder manejar todo
en mi vida”, “no me voy acordar”, “algo se me va a escapar”, “algo en mi es
defectuoso”, “no puedo confiar en mi juicio”, esta sutil desconfianza en
nosotros mismos se manifiesta de muchas formas y crea una realidad donde las
emociones predominantes son la angustia y la ansiedad y bajo la influencia de
estas emociones, nuestra actuar se vuelve torpe, compulsivo, caótico, repetitivo
y poco efectivo. Lo que los maestros de yoga nos dicen es,
1.
aprende a
tomarte instantes donde observas, sientes,
validas y aceptas las emociones y pensamientos que pululan tu mundo
interior,
2.
Luego
presta atención a la presencia silente que subyace a estos, ese observador
interior que esta siempre presente en toda experiencia y esta consciente del contenido de la mente, mas trasciende este contenido. Pon tu atención en sentir que eres esta
energía consciente que subyace a tus creaciones mentales, ya que allí, hay una gran paz y confianza
Al hacer esto de manera habitual, como por ejemplo en la practica de meditación, crece en ti una experiencia
de espacio y bienestar interior. Cuando aprendes a estar mas en contacto con esta
silente presencia interior, estas mas presente, atento, y te permite encargarte
de la vida desde un espacio de confianza en ti mismo y profunda creatividad,
para responder sabiamente a lo que te va trayendo la vida momento a momento.
Esto no quiere decir, que no te das tiempo para reflexionar,
planear y solucionar situaciones que surgen en tu cotidianidad, quiere decir,
que empiezas a cultivar mas instantes de
silencio, donde decides simplemente ser y estar, es en estos espacios, es donde
puedes ver con mas claridad lo que ocurre en ti, (emociones, preocupaciones,
etc,) elegir soltar aquello en lo que andas pensando compulsivamente e innecesariamente y traer tu
atención al simple hecho de ser el espacio donde ocurre este drama.
Cada vez que te permites darte un instante de auto-observación
gentil, soltar el drama o dialogo interior y sentir la sencilla experiencia de
ser y existir, creces en conexión con el Poder que subyace a las creaciones
mentales, y por ende creces en bienestar, lucidez y auto-confianza, que son cualidades de tu propio Ser eterno. Al hacer este habito parte de tu vida, te descubres siendo
una persona mas presente, ecuánime y capaz de tomar decisiones acertadas, creces en autoconfianza.